El cantaor flamenco Juan Pinilla nos envía este relato acerca de su paso por el curso sobre Flamenco que estos días se ha celebrado, con gran éxito, en la ciudad granadina de Motril
El periplo veraniego de conciertos nos deparó un alto en el camino: el Curso de verano de la UNED con sede en Motril. Iba a impartir una conferencia-recital, actividad que me relaja y hace que desconecte de la rutina de conciertos, y hacia la capital de la costa granadina nos dirigimos descendiendo por la autovía con la música de Enrique Morente. No era casualidad que la música de Morente sonara en mi coche pues, si bien es cierto que suelo escuchar a Enrique con frecuencia, la idea de conocer personalmente a Francisco Gutiérrez Carbajo, de quien tan bien me había hablado mi amigo y gran aficionado al flamenco Francisco Paredes Rubio, llegando a asegurar que Morente sentía un gran cariño por el profesor, me incitó a volver a escuchar su brillante música flamenca. A Gutiérrez Carbajo lo había leído yo cuando llegó su fabulosa investigación publicada en dos tomos sobre la poesía en el flamenco y la lírica popular a la biblioteca de mi pueblo. Recuerdo que durante muchos años, aparecía únicamente mi nombre en el fichero del libro. Desde aquellos primeros noventa, donde yo a penas contaría con 12 o 13 años pero ya me interesaba por el flamenco, hasta aquí, de Gutiérrez Carbajo he leído mucho más, incluido algún artículo en El País, y sobre todo había oído hablar a los flamencos más doctos de su persona. Ahora tenía la oportunidad de conocerlo porque, entre otras cosas, es el director del curso de verano.